viernes, 10 de marzo de 2017

20 años no son nada.

En 1997 hice un dibujo a tinta y lápices acuarelables que en su momento me encantó. En él aparecía una de mis musas, que suele aparecer en este blog, tumbada sobre la cama en una toma cenital. Vamos, este:


 Y el otro día, mirando dibujos antiguos, lo redescubrí, y comprobé que habían pasado la friolera de veinte años. Y decidí hacerlo de nuevo, dos décadas después, con técnicas digitales al cien por cien, y encuadrándolo mejor, por cierto.


Y aquí los dos juntos. No es un cambio espectacular, si tenemos en cuenta que han pasado veinte años, pero al menos he ido a mejor XD


Y uno último, con un detalle, a mayor resolución.



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